Caballero de plata,
hermano de cristal.
Tu mundo no es el mío,
tu mundo no es el amor.
La noche ya calló,
la vela se encendió.
Elegido eres tú
para ser nuestro celador.
De los muchos hombres que quedan
pocos son como vos,
con un alma pura como cristal,
y un corazón noble como la plata.
Quiero que abras tu alma
y recibas mi oración.
Quiero que hoy aprendas
que el recuerdo no se pierde,
y que los muchos que te han llorado
lo conservarán hasta el final.
Ahora que eres inmortal
quiero que guardes un sitio,
porque cuando aquí anochezca
a acompañarte iremos.
This entry was posted
on domingo, 26 de abril de 2009
at domingo, abril 26, 2009
and is filed under
poemas
. You can follow any responses to this entry through the
comments feed
.