Polvo es el pasado,
polvo es el recuerdo.
Polvo esta hecha mi conciencia,
mi alma, mi espíritu.
Polvo me siento, no valgo nada.
Me siento inválido, impotente;
no puedo amar a quien amo
mientras otro si lo hace,
con más derecho, más poder.
La prisión parecía desfallecer
pero crece más rápido y fuerte,
en contra de mi voluntad, mi poder.
No puedo pelear más,
las únicas armas que me quedan:
mis palabras estúpidas palabras.
Mi corazón sangra,
sangra como deberían hacerlo mis enemigos.
No se quien tiene la culpa,
si Dios por mandarme un ángel
o Luzbel por enviarme un demonio.
This entry was posted
on miércoles, 8 de abril de 2009
at miércoles, abril 08, 2009
and is filed under
poemas
. You can follow any responses to this entry through the
comments feed
.