Ningún sabor se compara
al sabor de la fruta del paraíso,
el más grande manjar de todos los tiempos
tus labios.
Ninguna sensación se compara
con el más sublime tacto
de tus manos estrechados contra las mías,
tu cuerpo, tu alma.
Ningún sentimiento se compara
con el más sagrado amor que tengo hacia vos,
con la necesidad diaria de sentirte,
besarte y abrazarte.
Ningún momento de soledad
se compara con el que sufro en este momento,
con el más extremo dolor de verte
cada día más lejos de mí,
perdiéndote poco a poco.
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on lunes, 13 de abril de 2009
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poemas
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