Encontré una flor,
una hermosa flor sureña.
Cuando la encontré era solo un botón,
un hermoso y tierno botón.
Me acerqué al botoncito y esperé.
Me acerqué despacio, dando un paso cada día.
Poco a poco fue aceptando mi presencia.
Poco a poco fue aceptando mi calor.
Una noche se abrió.
Esa noche me dejó sentir sus pétalos.
Esa noche disfruté su aroma.
Esa noche probé su néctar.
Esa misma noche también se cerró.
Quise esperar a que se abriera de nuevo.
Quise esperar a ver su lindo color otra vez.
Quise esperar a sentir su aroma... pero no.
Quizá no le dí el suficiente calor.
Quizá no fue valiente al sentir sus espinas.
Quizá esa flor no era para mi.
Quizá yo no era para la flor.
Quizá todo fue un sueño...
This entry was posted
on miércoles, 21 de octubre de 2009
at miércoles, octubre 21, 2009
and is filed under
poemas
. You can follow any responses to this entry through the
comments feed
.